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Museo Casa de la Bola: uno de los sitios culturales más sorprendentes en la CDMX

En el corazón de la colonia Tacubaya se encuentra el Museo Casa de la Bola, una espectacular colección de tesoros que en otro tiempo fue la residencia de Don Antonio Haghenbeck y de la Lama.

 

No es una coincidencia que en una ciudad tan grande y con tanta historia como la nuestra existan joyas escondidas, lugares llenos de historia que ya nadie recuerda, construcciones que en otras épocas fueron residencias palaciegas y que se han perdido en el tiempo. Este es el caso del virtualmente olvidado Museo Casa de la Bola que se encuentra sobre Parque Lira, y que fue la residencia de Don Antonio Haghenbeck y de la Lama, un hombre que dedicó su vida al arte y al coleccionismo.

Es importante conocer un poco de la historia del último residente de esta casa, hombre al que debemos este espectacular museo. Don Antonio Haghenbeck y de la Lama nació en la Ciudad de México en 1902. Él, vivió siempre rodeado de lujos, pues su padre amasó una considerable fortuna gracias a negocios de ropa y bienes raíces. Desde joven, este hombre fue un gran amante del arte y un asiduo coleccionista; él mismo estudió pintura, y varias de sus obras se encuentran en el museo.

Antes de morir, a los 89 años (en 1991) creó dos fundaciones, una que transformó en museo tres de sus propiedades , la Casa de la Bola, la Hacienda de Santa Mónica en el Estado de México y la Hacienda San Cristóbal Polaxtla en Puebla, y una segunda para el cuidado de la fauna silvestre y la protección de los ancianos.

Lo que hoy es el Museo de la Bola, construido en el siglo XVI, fue una casa de campo y pequeña hacienda; en ella se producía aceite de olivo, además de tener huertos frutales y sembradíos de maguey. Esta mansión tuvo una larga lista de dueños, todos adinerados; el último fue Haghenbeck, que la remodeló en la década de los cuarentas y la decoró al estilo de una casa de la alta sociedad mexicana de finales del siglo XIX: la decoración misma, sus espacios y jardines son parte de la exhibición del museo que consta de 13 salones.

La colección que se exhibe en este poco conocido museo incluye mobiliario del siglo XV al XX (tanto europeo, como del México Virreinal), obras de arte y artículos decorativos que fueron parte de la herencia de Don Antonio: esculturas, cortinajes y pinturas, entre otros. En esta espectacular casona también se exhiben piezas que cuentan la historia de una vida de amor por los objetos, como una colección de relojes, hermosas vajillas de porcelana, objetos de plata, una impresionante colección de libros, e incluso, valiosas excentricidades como platos de la Compañía de las Indias, cristalería europea antigua, espejos franceses y un sinnúmero de joyas de tiempos remotos.

Podemos decir que,  hoy día, la fachada de este pequeño museo podría pasarnos desapercibida, camuflajeada en el ir venir de una esquina de la transitada colonia Tacubaya, pues ¿quién podría imaginarse la cantidad de tesoros y las miles de historias que viven dentro de los suntuosos muros tapizados de seda de la Casa de la Bola? Es así, como la historia de esta pequeña joya perdida en la gran ciudad nos obliga a preguntarnos cuántos espacios como éste existen en la capital mexicana esperando a ser descubiertos.

Así que te invitamos a que formes parte de este gran y hermoso legado que alberga uno de los museos más represntativos en la ciudad, y con ello volver a darle vida a estos lugares culturales que han guardado un legado histórico a través de las orbas de arte que ahí se han conservado. 

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