Es popularmente conocido como Viveros de Coyoacán. Los vecinos del barrio y otras zonas han adoptado el lugar para practicar atletismo, caminata, karate, lectura, teatro, meditación, tauromaquia, yoga y otras actividades recreativas y culturales. También es usual ver niños corriendo y disfrutando de la naturaleza.
Viveros de Coyoacán, no sólo es pulmón de la zona, es un Parque Nacional administrado por el Gobierno Federal y es también productor de plantas y árboles para reforestar toda la zona conurbada de la Ciudad de México.
Es el primero en su clase en todo México y cuenta con su propio mercado de plantas que se encuentra sobre Avenida México entre el acceso 3 y 4. Los Viveros de Coyoacán iniciaron en el siglo XX con el esfuerzo del ingeniero Miguel Ángel de Quevedo, llamado el “Apóstol del árbol”.
Actualmente consta de 39 hectáreas donde se producen pino, encino, cedro, liquidámbar, jacaranda, trueno, grevíllea y más árboles; también se impulsa la fruticultura con manzanos, membrillos, perales, tejocotes, entre otros. Además, cada año se llevan a cabo varias exposiciones que sirven a la vez de concurso y venta de flores. La primera exhibición tiene lugar durante la segunda quincena de febrero y está dedicada a la azalea; la segunda es en mayo y está dedicada a la rosa; la tercera, se da durante la primera quincena de agosto con las dalias; la cuarta está dedicada a los arreglos y plantas ejemplares, durante la primera quincena de octubre; y la última, durante diciembre, está dedicada a los nacimientos adornados con plantas.
En los viveros se producen plantas que posteriormente se siembran en las zonas de reforestación del área conurbada de la Ciudad de México. Todo se debe a Miguel Ángel de Quevedo, un ingeniero e investigador mexicano que donó en 1901 una hectárea del rancho Panzacola para hacer el vivero. Con la ayuda del secretario de Hacienda, José Ives Limantour, y del presidente Porfirio Díaz, este lugar se convirtió en el primer vivero forestal mexicano.
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One of the deepest darkest public plazas in the city, La Conchita and its legends go back a long way.
One of the most beloved of natural areas in the City, it's always a breath of fresh air, too.
There's a substantial alternative for animal and nature lovers in the Bosque de de Aragón.
One of the city's favorite parks is in Condesa and it's nearly a hundred years old.
One of NE Mexico City's favorite parks and recreation areas.