Tiene sus orígenes en la primera etapa del México independiente con la creación del Museo Nacional en 1825, pero no fue hasta 1888 cuando se inauguró formalmente la biblioteca. En 1939 recibe el nombre de Biblioteca Nacional de Antropología e Historia y se ubicó en su recinto actual, en el Museo Nacional de Antropología, que recuerda a Eusebio Dávalos Hurtado, primer antropólogo físico egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, además de científico, promotor cultural y curador.
En Latinoamérica es la biblioteca más completa en el ámbito de historia, antropología, arqueología, lingüística, etnohistoria y otras ciencias afines.
Su acervo resguarda códices que fueron registrados en 1997 dentro del programa Memoria del Mundo de la UNESCO, manuscritos, periódicos del siglo XIX, libros de órdenes religiosas, mapas, planos, testimonios de personas que vivieron la revolución de 1910, así como tesis e investigaciones actuales.
Cuenta con un laboratorio de restauración para la conservación del acervo bibliográfico, manuscritos y fotografías.
En cuanto a servicios, ofrece asesorías, capacitación y material bibliográfico a otras bibliotecas de la Red de Bibliotecas INAH. También se realizan visitas guiadas, exposiciones temporales, conferencias y cursos.
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